Sobre Ubuntu 12.04 y las interfaces de usuario

Hace algún tiempo que no escribo en el blog sobre las versiones de GNU/Linux que voy instalando. Como los lectores ya saben, utilizo Ubuntu en todas mis máquinas, tanto en las de sobremesa como en los portátiles, desde la versión 4.10 creo recordar… y ahora ya estamos en la 12.04. Ubuntu sigue un calendario de dos lanzamientos al año, que se publican en abril y en octubre. La 12.04 es una LTS (Long Term Support), lo que significa que su tiempo de soporte y actualización por parte de Ubuntu es de tres cinco años (gracias por la corrección @Noxbru).

Lo cierto es que ir actualizando todo el sistema cada seis meses, aunque es rápido, y no suele dar problemas, es cansado. Ya no actualicé de 11.04 a 11.10, y esperé para hacer una instalación limpia de 12.04, borrando todo el soft, pero conservando datos y configuraciones. Y me temo que esta 12.04 va a durar bastante tiempo. Esto va a ser así porque soy aburrido: Firefox, Thunderbird, LibreOffice, GIMP, VLC, Filezilla… acompañados de complementos de productividad como Nixnote, Freemind, Ubuntu Tweak, Zotero, Mendeley y lo que se tercie.

Sin embargo, esta no ha sido una actualización normal. Hace varias versiones, Ubuntu incorporó su propia interfaz de usuario, Unity, sobre Gnome 3. No me gusta. Usa una botonera lateral como lanzador rápido, y ha recuperado la línea de órdenes (que los indocumentados llaman de comandos), para trabajar más rápidamente. Todo ello aderezado con una apariencia moderna. Hace tiempo que se veía que el deseo del dueño de Ubuntu era entrar a saco a ganar dinero en el mundo de TV interactiva y de tablets, y la interfaz está orientada a ello. Nada que objetar, si no fuese porque afecta a mi forma y costumbres de trabajar. Y además, rompió con el estándar de facto de la interfaz Gnome 2. Así que me pasé a Gnome Shell sobre Gnome 3. Me gusta más, trabajo más rápido, y no me gustan las imposiciones. Ubuntu cometió el error de dejarla fuera de la instalación base, esperando que los usuarios más «vagos» pasarían de ella. Ahora parece que en la próxima versión sí se incluirá. La realidad es tozuda. Esto mismo le ha pasado al propio Gnome Shell. La ruptura con la interfaz de Gnome 2 ha sido tan brusca, que se ha desarrollado una interfaz específica que recupera el look&feel de Gnome 2 sobre Gnome 3, a la que se ha llamado Cinnamon. Lo tengo montado en un netbook sobre LinuxMint 12, y la verdad es que no va mal, combinando cosas buenas de ambos mundos.

Es curioso lo que está pasando en el mundo de las interfaces de los sistemas operativos. Estamos en un momento de cambio y redefinición que todavía no se ha comprendido en toda su profundidad. Independientemente de OS X, el resto, incluso el nuevo Windows 8, ofrecen interfaces simplificados que usan botones «gordos». De los smartphones a los ordenadores. Nada que objetar si eres un usuario básico, pero en cuanto quieres tunear algún aspecto,o hacer algo más complejo, en realidad la cosa se complica más que antes. Lo que sí que es curioso es que se está recuperando la línea de órdenes, la que te daba todo el poder en la época dorada del DOS. Ah, y eso sin olvidar que las interfaces de botones gordos con iconos ya se inventaron hace mucho tiempo ¿alguien recuerda NextStep, WindowMakerAfterstep ? Y es que hay que leer más y alucinar menos, que luego se leen unas tontadas en los blogs pretenciosamente tecnológicos que asustan…