Llevo un largo tiempo sin escribir nada sobre Ubuntu en el blog. Como los lectores ya saben, uso software libre, y todas mis máquinas llevan instalado Ubuntu. Sin embargo, durante el último año Canonical, la empresa detrás de Ubuntu, ha ido tomando unos derroteros que no me convencen. Ya estoy mayor para estas tonterías.
Primero, Ubuntu se desmarcó de las interfaces clásicas de usuario, como KDE o Gnome, lanzando una interfaz propia, Unity, que parecía especialmente diseñada para dispositivos móviles. A mí, particularmente no me gusta. Prefiero Gnome 3, a pesar de la cantidad de críticas que tiene. Unity es una interfaz «más de lo mismo, pero con botones». Como podía seguir usando Gnome, pues con cambiar de entorno me fue suficiente. No contento con esto, y a pesar de numerosas peticiones que veían como algo cansino tener que actualizar completamente el SO cada seis meses, Canonical desechó proveer una versión «rolling», manteniendo un lanzamiento cada seis meses. Harto de actualizaciones completas que en ocasiones obligaban a reconfigurar, decidí mantenerme exclusivamente en las versiones Long Term Support, ó LTS, las que ofrecen soporte y actualizaciones durante tres años completos. Ahora todas mis máquinas siguen en la 12.04, y ya veremos qué pasa cuando se lance la siguiente LTS, la 14.04.
Porque no contento con meter con calzador Unity, Canonical está empeñado en sustituir el servidor gráfico de las X por su propio y nuevo servidor, Mir. Cierto es que las X ya son bastante «viejunas», y que necesitan un sustituto, pero ¿el mío, sólo mío, y por la fuerza? Y ni hablar de participar en otras propuestas de la comunidad de software libre. La situación es tensa, ya que incluso las distribuciones derivadas de Ubuntu, como Xubuntu, Kubuntu o Lubuntu habían decidido y anunciado seguir sin implementar Mir. Canonical quería Mir ya en el cercano Ubuntu 13.10, pero lo ha pospuesto. Incluso Intel ha anunciado que no dará soporte a Mir. La cuestión de fondo es que Mir es la base del nuevo juguete de Canonical, Ubuntu Touch, su SO para dispositivos móviles.
Hace unos meses, Canonical intentó que los usuarios le pagasen el desarrollo de un teléfono móvil de gama alta, mediante crowdfunding. Vosotros lo financiáis, lo pagáis a un precio de mercado (porque no era ninguna bicoca), y nosotros a forrarnos. El asunto les fue mal (pedían 35 millones de $, obtuvieron 13). Una cosa es ser usuario o apoyar un producto, y otra que te la metan doblada. Evidentemente, sobre este fracaso ha habido opiniones para todos los gustos. El colmo de la maldad (mode ironic) ha sido el desprecio que, al parecer, le han hecho a la iniciativa Raspberry Pi. Les han dicho a los desarrolladores que no quieren que Ubuntu funcione en los dispositivos Raspberry.
Porque Canonical tiene puesto el ojo en ganar dinero en el campo de los dispositivos móviles, lo cual, para mí, es muy respetable… siempre y cuando no me obligue a tragarme sus políticas, normas y productos por sus reales, como hacen otros gigantes del soft privativo. Soy usuario de Ubuntu desde la 4.10. He probado LinuxMint, Elementary OS y Lubuntu. Ya tengo una Debian funcionando estupendamente en la Sun Blade 2000. Desde luego, se trata de una cuestión de opiniones, de filosofía, y de libertad. Y, por ahora, mi opinión cada vez es más negativa, no comparto ni su filosofía ni sus métodos, y tengo la libertad de poder cambiar y usar otras distribuciones. Veremos que pasa…