De demagogia y universidad

En las últimas semanas ha sido lugar común en los panfletos que se autodenominan, muy caritativamente, prensa, aprovechar un situación político-festiva de esas con las que tan habitualmente nos regalan los políticos españoles, para sacudirle sin miramientos a la universidad española.

Y al hilo de la situación, no han dejado de escribir «sesudos» opinadores sobre lo mala que es la universidad española, lo endogámica que es, y cómo la mejor solución sería meter en vereda a su díscolo, vago y maleante profesorado. Nada nuevo bajo el sol. Cada cierto tiempo, y en virtud de escándalos y problemas externos, los políticos buscan un chivo expiatorio, en la mejor tradición inquisitorial. Haciéndoles el coro, mucha gente normal, sin oficio ni beneficio en el asunto, entra a saco en cualquier tertulia, sin saber ni conocer de qué estan hablando. Vamos, que esto pasa en la cultura, en los deportes, en la economía… y al abrigo de tanta ignorancia, el político de turno aprovecha para mirar por lo suyo (y por los «suyos», no nos olvidemos).

Se le exige a la universidad una perfección que no se pide ni se practica en el resto de ámbitos de nuestra sociedad, y mucho menos en el político. Se la acusa de no estar entre las mejores del mundo, de endogamia, y de manirrota. Se olvida que la universidad española, con su virtudes y pecados, es hija de las legislaciones que han creado los políticos de turno desde la década de 1980. También es resultado de los recursos económicos que los políticos les han dedicado. También es resultado del interés que por la misma se ha tomado la estructura empresarial del país. Pero claro, es típico, y lo vemos todos los días en el estamento político y empresarial, no asumir ninguna responsabilidad por los actos propios, y culpar siempre al resto del mundo.

La universidad tiene problemas… es otro de los mantras que se oye de continuo. Cierto ¿alquién conoce alguna organización que no tenga siempre problemas de algún tipo?

  • La universidad está llena de vagos, a los que los ciudadanos tenemos que pagarles la carrera… claro, y extendemos el criterio a enfermos y parados ¿verdad?
  • Los profesores no trabajan casi nada… claro, por eso tenemos un carga horaria docente de las mayores de Europa ¿no lo sabías?
  • La universidad española está sobredimensionada y gasta mucho… vale, recordemos cuando en la época de las vacas gordas cada político provincial inaguraba la suya.
  • El gobierno de las universidades es presa del clientelismo… a ver cuando os enteráis de que la mayoría del personal universitario funcionamos a pesar de nuestros equipos rectorales.
  • En la universidad se coloca a amigos, familia… si, igual que en bancos, empresas, partidos políticos… si se conculca la ley y hay pruebas, se lleva ante la justicia, como se debe hacer.
  • La universidad está la margen de lo que quiere la sociedad… pero, ¿qué entendemos por sociedad? ¿la sociedad real, o lobbies formados por intereses políticos, ideológicos, económicos y empresariales?
  • La universidad española no está entre las primeras del mundo… claro, por eso andamos exportando titulados a todo el mundo. Bueno, tampoco hacen falta aquí, porque el modelo productivo y de «futuro» del país se basa en el turismo.

Podíamos de esta forma entrar en una espiral continua de reproches. Evidentemente, el problema del país es que nunca se ha entrado en un debate y planificación de estado, de futuro sobre la educación (de todo el sistema, no sólo el universitario), que no estuviese contaminado por posiciones ideológicas u económicas. Y así, cada vez a peor.

He dejado para el final el tema de la endogamia. ¿Hay endogamia en la universidad? Sí, y bastante. Profesor Titular desde hace unos cuantos años, me ha tocado ver de todo en tribunales. Todos los que estamos en el gremio hemos visto cosas. Pero no podemos ni debemos olvidar que también hemos visto gente dedicada y de calidad que, con esfuerzo y tesón, ha conseguido el puesto que ahora ocupa.  Y también gente que siempre se ha creído más de lo que es realmente, y que pone el grito en el cielo ante los desmanes de los que teóricamente es objeto. A todos nos han contado cosas de otros tiempos, teóricamente mejores, donde la situación era bastante peor. Ciertamente, la mejor y más sencilla solución contra la endogamia universitaria no la han querido adoptar los políticos(de cualquier partido) en la legislación: los profesores permanentes de universidad somos funcionarios para los que nunca ha existido el concurso de traslados. Ni medidas complementarias para ello. Y es que cuando políticos y opinadores de cualquier pelaje arremeten contra la universidad, siempre me acuerdo de la escena de Casablanca:

  • ¡Es un escándalo, he descubierto que aquí se juega! l
  • Sus ganancias, señor…
  • Muchas gracias ¡todo el mundo fuera!