Software para bibliotecas digitales

Idear, planificar, implementar y mantener una biblioteca digital necesita de tres componentes principales:

  1. La capacidad de planificar, dirigir, controlar y evaluar proyectos mediados tecnológicamente.
  2. La disponibilidad de un equipo especializado interdisciplinar, cuya principal característica sea la capacidad de aprender.
  3. Una herramienta tecnológica, o un conjunto de ellas, capaz de dar soporte a la implementación del producto final.

Carol Bean publicó hace un mes en su blog una entrada titulada Comparing Digital Library Systems, en la cual hace una recopilación de herramientas de software, tanto propietarias como de software libre, que pueden utilizarse para implementar una biblioteca digital.

La lista no está mal, casi es hasta exhaustiva, y ofrece la posibilidad de comenzar una exploración interesante para conocer el estado actual del arte en este tipo de sistemas, pero… no es una comparación. No compara prestaciones o requerimientos, ni costes. En cambio, sí que es cierto que añade un par de razonamientos de interés para los que trabajamos en este campo. En primer lugar, la idea de que cualquier sistema de biblioteca digital es un Digital Assets Management System, evidentemente especializado y con unas características propias. En segundo lugar, la necesidad de que ofrezcan a los usuarios un Resource Discovery Interface, o interfaces para el descubrimiento de recursos. Ambos elementos indican, a mi juicio, una evolución discreta en el campo de las bibliotecas digitales. Si bien hasta hace un tiempo relativamente reciente se consideraba que la colección era el componente nuclear que justificaba la biblioteca digital, ahora se comienza a apreciar que una colección organizada y estructurada de documentos sigue siendo el núcleo, pero que una colección no presupone una biblioteca digital. El acceso ha dejado de ser suficiente: el valor añadido que se ofrece sobre la colección es lo que debe caracterizar a las bibliotecas digitales. Y ese valor añadido descansa en el enriquecimiento del contenido mediante la integración de información complementaria. Esto se lleva a cabo a través de interfaces de descubrimiento, que usan diferentes técnicas para complementar y recomendar. La verdad es que después de haber escrito sobre esto en diferentes artículos en la primera mitad de la década de 2000, es una satisfacción ver que no iba desencaminado.