Loboogle y las tres bibliotecas (cuento)

Hace mucho, mucho tiempo, en un bosque, muy, muy lejano, vivían alegre y despreocupademente tres bibliotecas. El bosque era su reino: saltaban, cantaba, reían… nada perturbaba su estado. Los animalitos del bosque acudían a ellas para preguntar, consultar y lo que fuese menester. La vida era fácil y sencilla, y los animalitos les profesaban una admiración rayana en la adoración. Ellas se dejaban querer, ahítas de satisfacción.

Pero un dia llego al bosque un loboggle. Y la vida cambio radicalmente. Los animalitos, que en realidad estaban un poco cansados de la divinidad de las bibliotecas, se acercaron al recién llegado, para averiguar cuales era sus intenciones. Y resultó que el loboogle traía una bolsa mágica con muchos tesoros. Ya se sabe que, en estos cuentos, la gente es un poco veleta, y en consecuencia, los animalitos abandonaron progresivamente a las bibliotecas para maravillarse con los regalos del loboogle. En poco tiempo, éstas se vieron solas, silenciosas… nadie les pedía nada, apenas les saludaban, y los animalitos parecían haber perdido todo el interés por ellas.

Las bibliotecas enfadadas, se propusieron expulsar al loboogle del bosque, y recuperar el favor de los animalitos, para que todo volviese a ser como antes. Pero en lugar de intentar aprender de lo sucedido y de recuperar la amistad de los animalitos y del loboogle para trabajar juntos, lo que hicieron fue empezar a hablar mal del loboogle a los pocos animalitos que aún se les acercaban, e incluso intentar impedir que los animalitos hablasen con él.  Ya se sabe que la maledicencia y la prohibición son recursos de cobardes, y al final sólo crean más problemas. Al final, el loboogle se cansó de las bibliotecas, y decidió cortar por lo sano. Cuando lo vieron llegar con aviesas intenciones, las bibliotecas corrieron a encerrarse en sus edificios, y taparon la entrada con aquello que consideraron más poderoso.

Cuando el loboogle llegó a la primera biblioteca, ésta se había protegido tras su catálogo. El loboogle observó un rato, y entonces dijo «Biblioteca, sal, o tu catálogo derribaré.» La biblioteca se apretujó detrás. El loboogle, entonces, indizó, indizó… y con su Pagerank el catálogo destrozó. La biblioteca, aterrada, corrió a esconderse con la segunda biblioteca, y ambas se parapetaron detras de sus bases de datos especializadas. El loboogle observó un rato, y entonces dijo «Biblioteca, sal, o tus bases de datos derribaré.» Las biblioteca se escondieron detrás. El loboogle, entonces, buscó, analizó… y con su Scholar las bases de datos destrozó. Las bibliotecas, horrorizadas, corrieron a refugiarsese con la tercera biblioteca, y todas se cobijaron detras de sus colecciones de libros y revistas en papel. El loboogle observó un rato, y entonces dijo «Biblioteca, sal, o tus colecciones derribaré.» Las bibliotecas se apretujaron detrás. El loboogle, entonces, escaneó, escaneó… y con su Books las colecciones destrozó. Las bibliotecas, para entonces verdaderamente aterrorizadas, salieron huyendo del bosque, para nunca volver.

Pero esto es sólo un cuento ¿verdad? realmente no hay de que preocuparse…

(Inspirado, sólo inspirado, en el cuento popular Los tres cerditos)