Inteligencia artificial y referencias bibliográficas: un cuento, 1

Estos últimos meses hemos sufrido el sonsonete constante de la inteligencia artificial. «la inteligencia artificial esto; no, lo otro; no, lo de más allá…». Que si ChatGPT, que si Bard, que si… Otro tema del que muchos hablan mucho sin saber casi nada. Me decidí a probar una IA «generativa» (otro palabro de moda en este campo), para ver si era verdad que los y las estudiantes nos iban a apabullar con nuevas perfecciones. Y empecé por lo más básico: Inteligencia artificial y referencias bibliográficas.

Elegí una IA generativa, en este caso Bard, y le pedí referencias bibliográficas de un tema genérico en nuestro campo como es la informatización o automatización de bibliotecas. La sesión no tuvo desperdicio. Fui recogiendo los pantallazos para ilustrar…

Ya se puede apreciar lo que significa referencia bibliográfica para la IA: poner los típicos datos incompletos, desordenados y mal presentados, típicos de un tertuliano. Bien empezábamos… (pido perdón por los errores tipográficos, que son míos por no haber aprendido mecanografía).

Cuando le pido los datos completos, la cosa mejora un poco… pero ¿Desde cuando se traducen los datos de las referencias? ¿Es que para que las ofrezca en el idioma original tengo que interrogar a la IA en el idioma de las referencias? A darle instrucciones de nuevo…

Bueno, algo hemos mejorado… espera ¿Y esas negritas? Nuestra todopoderosa IA parece desconocer que hay que usar la ISO 690, o un estilo como Chicago, APA, Vancouver… de nuevo a dar instrucciones…

Esto sí que ha sido para «nota». El manual de estilo APA estará revolviéndose en los anaqueles de las bibliotecas… ¿Y las cursivas en título?

Esto ya ha alcanzado el calificativo de espectacular: los pides en cursiva, los pone en negrita, y se queda tan satisfecha. Por lo menos ha sido capaz de identificar el elemento título, algo es algo. Oye, ¿por qué se empeña en repetir mi petición en su respuesta? Que cansina…

Por fin hemos alcanzado un resultado formalmente aceptable. Después de seis interacciones. Pobres estudiantes si se fían de las referencias que puedan obtener por estas vías. Pero, revisando las referencias ofrecidas, observé el sesgo: todas son publicaciones de la American Library Association, publicadas en Chicago. Instantáneamente me asaltó la duda: ¿Y si…? Pero esto lo contaré en la entrada del mes que viene…

Nota: la imagen de cabecera de la entrada ha sido creada por la AI generativa Playgroundai como resultado de la expresión «artificial intelligence and bibliographic references«.