Cuatro escenarios futuros para bibliotecas de investigación

El futuro de las bibliotecas es una preocupación constante en el ámbito profesional e investigador, y más ahora que los servicios culturales para el ciudadano son caros e innecesarios, y en consecuencia superfluos, según el catecismo neoliberal y antisocial con el que nos adoctrinan diariamente. Las bibliotecas y las organizaciones bibliotecarias se muestran precoupadas por este hecho, y adoptan posturas que van desde el victimismo hasta el optimismo recalcitrante, pasando por diferentes estadios intermedios. Como usuario de bibliotecas, en especial de universitarias, creo que en nuestro país hay mucho despistado, y lo peor es que piensan que van en la dirección adecuada…

La verdad es que no entiendo muchas de las acciones y enfoques que se están adoptando en las bibliotecas universitarias, por ende de investigación, españolas. No entiendo cómo se habla tanto de web social, cuando siguen usando catálogos cuyo modelo de gestión de información es el de hace veinte años. Y aún se piensa que por tener una página en Facebook o un blog de orientación «ombligotecaria» somos doscero. Pues vamos bien. Tampoco entiendo esa forzada y deseada reconversión a CRAIs, cuando ni las plantillas, ni la actividad técnica, ni la formación y perfil de los profesionales, ni la planificación de las bibliotecas las capacita para configurarlas como centros de aprendizaje integrado altamente mediado por tecnologías. El problema es que se adoptan, sin pensar ni reflexionar con la suficiente profundidad, modelos que se ven en el entorno anglosajón, al que se mira como un soñado nirvana… ya escribió Goya que «La fantasía, aislada de la razón, solo produce monstruos imposibles.»

El problema es más profundo. No se está siendo capaz de proponer un modelo de biblioteca, un modelo serio, riguroso y documentado, que sirva como marco general. Y como no se es capaz, no se escribe sobre el mismo. Lo que se puede leer sobre la biblioteca que viene son generalidades, que suenan a cosas ya leídas en otras fuentes de información anglosajonas, y que se suelen aceptar como verdades absolutas, sin entrar en su análisis y en su correspondencia o adecuación con el contexto español. Cada vez que leo un «informe», de esos sesudos y orientativos, me parece estar leyendo el texto de un manual introductorio para estudiantes. Los informes no están para dar formación básica a un conjunto de bibliotecarios que no sabe sobre un tema. Para eso, creas un objeto educativo y lo distribuyes libremente, que los usuarios lo agradecerán más. Los informes están para dibujar un panorama de la realidad, para analizarlo, y para hacer prospectiva. Y también para innovar y proponer.

Y por ello el objeto de esta entrada es recordar el interesante informe (un informe de verdad, de los que hacen pensar), que la Association for Research Libraries publicó en noviembre de 2010, titulado Envisioning Research Library Futures: A Scenario Thinking Project. Y que, como su nombre indica, es un ejercicio de prospectiva que ha permitido delinear cuatro posibles escenarios en los que se moveran estas bibliotecas dentro de veinte años. Por supuesto, no se dedica a ese ejercicio tan entretenido como inútil de buscar justificaciones para la labor bibliotecaria. Plantea escenarios y características. Y los cuatro escenarios son interesantes:

  1. Los investigadores individuales, o sus equipos, son las «estrellas» de la investigación, firman sus contratos… la creatividad y la originalidad de sus propuestas son importantes. La institución actúa sólo como facilitadora de servicios de soporte.
  2. No hay recursos para investigar, los investigadores se centran en reutilizar conocimiento ya existente, la investigación es de menor alcance, el aporte de la organización es de nivel bajo.
  3. Se lleva a cabo una proximación computacional a los datos, los investigadores se agrupan alrededor de fuentes de datos que se usan para investigar, en proyecto de largo alcance, controlado por estructuras organizativas de investigación.
  4. Las líneas maestras y la financiación para la investigación la marcan Lejano y Medio Oriente, que disponen de recursos y dirigen proyectos de colaboración a escala global, con esquemas de investigación similares al actual.

Como el informe dice, estos escenarios están fuera del control de las bibliotecas, que deberán innovar para adaptarse a estos entornos, considerando alternativas para los mismos. Y no parece un informe desdeñable, en cuanto The Chronicle of Higher Education y la propia Forbes lo han referenciado… Este entorno cambiante, esta necesidad de anticipar el dinamismo, y estar preparado para los cambios que se puedan producir, me trae a la memoria la propuesta de bibliotecario embebido en grupos de investigación, sobre la que han escrito Nieves González, El bibliotecario embebido,  y Daniel Torres-Salinas, Incrustados e integrados en la investigación científica: los embedded librarians. Y me acuerdo de lo que escribí enTendencias en documentación digital”. En: VIII Congreso de ANABAD, Madrid, febrero 2008. ANABAD, pp.39-48.