Por esas casualidades de los viajes, acabé visitando la biblioteca pública de Tromso (Noruega), más allá del Círculo Polar Ártico.
Canon EOS 350D
Y me encantó, con mucho que comentar…
Odio visitar bibliotecas, la mayor parte de las cuales me parecen ordenados cementerios de libros y lectores. Pero ésta no. Como se ve en las fotografías, nada de largas mesas con puestos de lectura donde devorar apuntes, ni talibanes del silencio obligatorio:
- Espacio abierto central con aire libre, amplitud, luz…
- Mesas pequeñas, para leer sólo o reunirse y comentar en pequeños grupos.
- Zona infantil donde relajarse, sentarse con los hijos y leer juntos cómodamente (y donde jugar)
- ¿Sólo lectura? jugar al ajedrez, pasear, descansar, relacionarse…
- Miniexposiciones de lecturas y materiales recomendados
- Completo acceso libre al fondo, puntos de consulta de catálogo distribuidos en los diferentes espacios…
- Cafetera y área común para los usuarios.
- Internet ubicuo, con máquina propia o local… y explicaciones en inglés y francés para otros visitantes…
Y no, no es arquitectura ex-profeso, es el resultado de remodelar (2005) un cine (1969) que cerró… hay mucho que aprender, máxime si lo comparamos con lo que se ve por aquí, y con las repetitivas excusas cansinas y caducas que se oyen de muchos profesionales…