Hoy se celebra el acto institucional que conmemora la puesta en marcha, hace veinte años, de los estudios universitarios de Biblioteconomía y Documentación en Zaragoza. Yo llegué hace dieciocho, para impartir Informática Aplicada y Banco de Datos, y a partir de ahí he pasado por varios planes de estudios, en diferentes asignaturas, pero siempre de Tecnologías de la Información. El balance es agridulce…
Por un lado, han sido veinte años en los que he aprendido mucho, lo he pasado bien y lo he pasado mal, me ha salpicado la política universitaria, he desempeñado varias responsabilidades, y he tenido la suerte de conocer en universidades, cursos y congresos a gente magnífica. Por otro, han sido veinte años de convivir en una Facultad de Filosofía y Letras llena de buena gente y buenos profesionales, pero que para la Información y la Documentación han sido siempre rácanos y miopes. Nunca llegó la licenciatura, y sólo gracias a Bolonia y a la estandarización del Grado en Información y Documentación hemos conseguido la titulación completa. Muchas dificultades para formar grupos de investigación y aumentar mínimamente la plantilla de profesorado, a pesar de lo cual algunos compañeros comprometidos hemos conseguido situarnos adecuadamente en el paisaje de la investigación y la profesión.
En lo tecnológico, empecé con DOS, SCO UNIX, WordPerfect, dBase, usamos Inmagic y Knosys para DOS, BRS/Search, llegó Windows, Absys un par de años, las versiones para Windows, WinSPIRS, internet y el world wide web… pronto trasteé con GNU/Linux (Slackware, Red Hat, Ubuntu…), y descubrí el prometedor mundo del software libre. Cambié la gestión de bases de datos y la automatización de bibliotecas por la gestión de documentos y la gestión de contenidos. Todo ello me ha permitido tener una visión global del ecosistema de la información, más alla de las clásicas bibliotecas o archivos.
Y ahora, a ver que llega. En cualquier caso, como escribió Verne, «-Ahora, Axel -exclamó el profesor con una voz llena de entusiasmo.- Vamos a hundirnos de verdad en las entrañas del globo. He aquí, pues, el momento exacto en que comienza nuestro viaje.”
