Ubuntu 9.10, un par de meses

A pesar de mi defensa del software libre como la mejor solución para las plataformas informáticas de cualquier institución (excluyo jugones compulsivos y fanáticos políticos), el lector de este blog se preguntará porque no he publicado nada sobre Ubuntu 9.10, que salió en octubre, y suponía un cambio sustancial en la distribución. Pues bueno, porque esperé unos días a ver los comentarios de la gente, y tras ello borré completamente mi máquina de sobremesa, e instalé todo desde cero. Llevaba ya cuatro actualizaciones una sobre otra, y como cambiaba el sistema de ficheros a ext4, preferí ir despacio, máxime cuando la próxima, la 10.04, será una LTS. En cualquier caso, la gente de Ars Technica ha publicado una extensa revisión sobre la distribución.

Lo cierto es que no he notado mucha diferencia, excepto en los tiempos de arranque. Soy bastante tradicional en lo que respecta a aplicaciones, escritorio/desktop y forma de trabajar. Sobre la instalación estándar, añado:

  • UbuntuTweak
  • RSSOwl
  • Thunderbird
  • Sunbird
  • Google Earth
  • Kompozer
  • VLC
  • Skype
  • Inkscape
  • Scribus
  • Freemind
  • Shutter
  • …y alguno otro más que se me olvida. No, no me faltan BOINC para colaborar con el proyecto SETI, ni MeTV para ver rápida y simplemente la TDT.

Ubuntu Life saca regularmente un post sobre cosas que hacer tras la instalación que sirve de guía. Yo suelo seguir casi todos los pasos. Luego, activo la composición de pantalla y los efectos avanzados gracias a Compiz, el famoso cubo de las cuatro  (o más) caras. No hay nada como trabajar con el cubo en multitarea real. La instalación y puesta en marcha de todo ello no me llevó más de 60 minutos. No todo funciona a la primera. Tengo una instalación con una tarjeta gráfica Nvida 8800 GTS que soporta dos monitores Samsung de 22′ DVI, y hay que tunearla con los drivers propietarios. Además, he tenido que reconfigurar la compartición de ficheros mediante Samba. Pero tras la recarga de las carpetas de documentos, música y textos, la importación de los buzones de correo, en 90 minutos estaba de nuevo plenamente operativo.

Escritorio extendido en dos pantallas
Escritorio extendido en dos pantallas

Lo que sí ha cambiado mi forma de gestionar información ha sido la disponibilidad de la nube. Mi cuenta de Dropbox me permite disponer de carpetas sincronizadas en cuatro máquinas (casa, despacho y dos portátiles), lo que me ha liberado de llevar esos usb que tienen la manía de extraviarse.  Añado la cuenta de UbuntuOne, y ya son cuatro las GB sincronizadas. Incluso las carpetas de almacenamiento de Zotero las he pasado a Dropbox, y lo tengo sincronizado en las máquinas para trabajar sin problemas en cualquiera de las cuatro. Las notas post-it de Tomboy se pueden sincronizar entre máquinas usando UbuntuOne, así que otro problema resuelto. Para rizar el rizo, mi Toshiba Portegé R500 sigue llevando 9.04, pero sincroniza y es compatible con todo lo nuevo. No se puede pedir más.

Sin embargo, el cambio más sustancial lo he notado con el netbook Sony Vaio P VGN-P11Z. A comienzos de verano el dediqué una entrada explicando como lo había configurado con software libre para Windows. Funcionaba, pero lento, lento…  porque es una máquina escasa de procesador. Definitivamente, borré completamente Vista, e instalé Ubuntu Netbook Remix 9.10, la versión para estas mini-maquinicas. Sutituye Gnome por Remix Launcher y Maximus. Casi perfecto: reconoció toda la circuitería, incluyendo sonido, redes, videocámara y el modem 3G interno, que va de fábula con una tarifa plana. Sólo tuvo un problema: como no podía ser de otra forma, usando hardware propietario sin especificaciones, Intel la fastidió con el chipset G500, que compró a terceros. Y como no puede ser de otra forma en el mundo del soft libre, la gente lo solucionó por la vía rápida, y cualquiera que sufra esta falta de respeto e inteligencia por parte de Intel lo puede resolver siguiendo unas sencillas instrucciones. Eso sí, es un netbook ligero sólo para navegar, leer correo y escribir texto.

Ubuntu Netbook Remix
Ubuntu Netbook Remix

La experiencia, en su conjunto, es satisfactoria. En un momento en el que cada vez se amenaza más la libertad y los derechos de los ciudadanos, con excusas pseudo-tecnológicas y políticas del más variado pelaje, como la reciente y nauseabunda Ley de Economía in-Sostenible, o la imposición de sistemas informáticos propietarios en la educación, disponer estas herramientas es un soplo de aire fresco y una garantía de independencia, al menos por el momento.