¿Tormenta en la nube?

El boom de lo 2.0, y su facilidad de uso, está llevando a usuarios particulares y a numerosos servicios de información (bibliotecas, documentación, etc.) a utilizar, integrar y promocionar servicios y productos 2.0 alegremente. Eso está bien y mal, depende, como todo. En primer lugar, está consiguiendo que los usuarios hagan cosas impensables hasta hace poco tiempo, familiarizándolos con lo que se puede hacer, y, como consecuencia, haciendo que sean más exigentes con los servicios que reciben. Al mismo tiempo, siempre encontraremos ese pequeño grupo de usuarios que es capaz de hacer usos creativos que a nosotros no se nos podrían haber ocurrido.

En realidad, los usuarios de servicios 2.0 están descubriendo nuevas formas y herramientas para gestionar su información. La gente está asumiendo la gestión de información como algo consustancial a su trabajo diario (información en el sentido amplio del término, e información en el sentido informativo-documental del término). Una de las características del 2.0 es que, cada vez en mayor medida, la información no se almacena en el sobremesa del usuario, sino en servicios remotos, a los que se accede, tanto a la funcionalidad como al contenido, mediante un navegador.  Y eso sí es un problema que los usuarios están pasando por alto, y que va a traer sus consecuencias.

No nos engañemos: la política de copias de seguridad de información digital es casi inexistente entre los usuarios finales, y también en muchos servicios. La gente marca alegremente la casilla de la aceptación de condiciones de servicio, sin leer aspectos que le afectan, como la propiedad de la información o el tratamiento de datos personales. Y sólo hablo de copias de seguridad, ni siquiera me atrevo a hablar de «políticas y programas de preservación de documentos digitales», que eso ya puede ser para nota.

Imaginemos que, de la noche a la mañana, cierra Delicious, y sus usuarios se quedan sin sus marcadores tan trabajosamente reunidos durante un tiempo. ¿Quién iba a pensar…? y claro, no se tiene copia. ¿Es posible? Claro que es posible; la cuestión está en si el usuario ha sido prudente y tenía copia de sus marcadores, o un listado de los sitios que seguía por RSS, o ficheros de texto con el contenido de sus aportaciones a un wiki, o… los casos pueden ser muy variados. Todo esto viene al hilo del cierre, hace unos pocos días, de ma.gnolia, un lugar de marcadores sociales al estilo Delicious. ha cerrado, sin más, y el que pueda recuperar sus datos, pues mejor para el. Sin más. Lo mismo indicaba el otro día J.A. Millán sobre Mojiti. Y me temo que con la crisis veremos más reventones de este tipo.

Se puede argumentar que te peta el disco duro, y da lo mismo… pues bueno… Mucha gente dice que lo más valioso ahora de su máquina suelen ser los buzones de correo, pero te encuentras a cantidad de usuarios que no saben cómo hacer una copia de seguridad eficiente de los mismos.  Los lapiceros usb se han popularizado, pero la gente los pierde con una facilidad pasmosa. El problema de fondo es el mismo de siempre: leemos superficialmente cuatro cosas, y ya pensamos que sabemos todo de todo, y luego llegan los problemas por falta de una lectura más detenida. La web 2.0 no es buena ni mala, depende del uso que se haga de ella. Y la información digital, hace 10, 5 o 1 año, sigue necesitando de sentido común para asegurar su preservación. Y herramientas para ello, haberlas, «haylas».