Una típica forma de comunicación científica presente en los congresos es la presentación de pósteres. Sin embargo, normalmente, y al menos en el contexto español, suelen ser los grandes olvidados, el resultado del castigo a aquellos trabajos que no se consideran con el suficiente nivel para ocupar 15 minutos del valiosísimo tiempo de los asistentes (ironic mode off).
Vamos, que los sapientísimos comités de turno os dejamos un rato, normalmente en las malhadadas horas vespertinas, después del café y antes de las sesiones tradicionales, para que os déis un paseo, una ojeada rápida, y a otra cosa… si a esto le añadimos que pocas veces se incluyen en las actas (será por lo caro que está el papel usado para generar pdfs, seguramente…), es fácil comprender que, en muchas ocasiones, es peor que te admitan (o te cambien el formato) un póster que recibir un rechazo directo a un trabajo. Si a esto sumamos que el valor de las comunicaciones a congresos en las valoraciones académicas tiende a cero cada vez más, pues apaga y vámonos.
Esto no es así ni en todas las disciplinas, ni en todos los congresos. Muchas veces el póster es simplemente el medio de comunicación y difusión más económico, en tiempo y recursos de congreso, y en las actas se recogen en un short paper de dos o cuatro páginas, resumiendo el trabajo, con lo cual no se pierden del todo. Y no resulta una excepción encontrar short papers con un buen número de citas. Pero bueno, no es este el momento de abordar los misterios de los congresos, que los hay y muy sorprendentes.
Seguro que todos hemos visto a otros congresistas haciendo fotos con el móvil o la tablet a pósteres expuestos, supongo que después de pedir permiso a los autores… lo extraño es que a nadie se le ocurriese que, si ya existían apps para disponer del programa de un congreso, de las actividades y avisos, y también hay apps para acceder a la literatura científica, no existiese una app para integrar y ofrecer a los asistentes los pósteres presentados. Esto es lo que ha hecho Elsevier con Poster in my Pocket, que ofrece versiones para Android e IOS.
En realidad, se trata del típico esquema basado en un CMS: los autores del póster aceptado se registran en el web de referencia, reciben un código QR que deben incluir en su póster, y lo suben a la aplicación web. Ni que decir tiene que los organizadores tienen que haber acordado previamente con Elsevier el uso del sistema. Una vez en el congreso o conferencia, desde la app se puede usar el QR para descargar una copia en alta calidad del póster, guardar copias, visualizarlo, anotarlo…
Pero no todo es tan maravilloso: como se podía imaginar, el contenido casi exclusivo es de conferencias patrocinadas por Elsevier, y los documentos sólo están disponibles desde 180 días antes del evento, hasta 180 días después. Ahora sólo queda que alguien mejore la propuesta y la abra, con unos costes razonables y una app mejorada (tiene algunas carencias), al resto de plebeyos de la ciencia.