Irreemplazable

El muy recomendable PHD Comics publicó hace unos días una tira, en realidad una viñeta, que todo investigador y formador deberíamos tener siempre en mente. En la misma une, de forma sutil, el ego del investigador, y el método científico del mismo.

PHD: irreemplazable
Describe con elegancia el proceso mediante el cual el investigador gana un prestigio que lo convierte en experto irreemplazable e insustituible… hasta que rápidamente deja de serlo. La curva de caída es mucho más rápida que la de subida. En la viñeta, esa caída se debe a la buena documentación y publicación de sus trabajos, lo que hace que, como debe ser en todo lo que se pretenda científico, el trabajo y sus resultados puedan ser reproducibles por cualquier otro investigador. El éxito del propio trabajo te lleva precisamente a ser superado por otros colegas o discípulos que desarrollen las ideas y métodos más allá de la propuesta original. A los hombros de gigantes, dicen…

Sin embargo, la viñeta ignora otras tres causas de curva descendente del prestigio o fama del investigador o formador. La primera de ellas es la repetición cansina, la de aquellos investigadores de escriben siempre sobre lo mismo, con los mismos métodos y similares resultados. La segunda es la moda, que en investigación también existe, y que encumbra y despeña con suma rapidez temas y campos de investigación, y a la cual el campo de las ciencias sociales es muy proclive. La tercera es el olvido. Y el olvido se produce, en numerosas ocasiones, por la falta de trabajo previo de estado de la cuestión por parte de otros investigadores, que les lleva, pasado un tiempo, a repetir trabajos y métodos que consideran novedosos, pero que ya fueron aplicados con anterioridad, y a obtener conclusiones que también fueron publicadas previamente. Los que hemos desempeñado tareas de revisión en revistas y congresos podemos decir mucho sobre este tema. Y este problema, común en información y documentación, es un síntoma inequívoco de baja calidad en la investigación… porque en investigación no basta con ir a hombros de gigantes, Respice post te, hominem te esse memento (“mira hacia atrás y recuerda que sólo eres un hombre”).