Investiga, publica o muere… cansino, ineficaz e ineficiente

Diciembre y enero han visto una ralentización de mi publicación en el blog. En cambio, han sido dos meses de lo más movido. En este plazo hemos terminado la propuesta de un libro, he terminado la edición de otro (en formato digital), revisado una nueva edición de un capítulo para un manual, y hemos mandado dos propuestas de paper a sendos congresos… al tiempo que cierro la docencia en dos cuatrimestrales y en el maśter. La presión «académica» me motiva, me pone a un ritmo de trabajo by procrastination alto. Ya lo decían Cruz y Raya: «Si no es por no ir… si hay que ir se, se va… pero ir pa ná es tontería…». Por una de esas serendipias de la navegación por internet he ido a dar con un texto publicado en las Communications of the ACM, como resultado de una entrada en su blog, escrito por J.M. Wing y que lleva el expresivo título de «CS Woes: Deadline-Driven Research, Academic Inequality.» (publicado en CACM 15, 12, 2009, p. 8-9).

Escribe Wing que el proceso de investigación está sometido desde hace unos años a una presión continua por publicar, como elemento de juicio para valorar la asignación de recursos finitos. Esta presión es especialmente fuerte sobre los miembros más jóvenes de los grupos de investigadores, que deben asegurarse cierto provenir en un entorno en el cual la competencia cada vez es mayor. Este proceso está llevando a crear curriculos formados por largas listas de publicaciones, pero en los cuales no puede apreciarse realmente la calidad, que no el impacto, del trabajo de los investigadores. En consonancia con esa presión, en la última década se ha multiplicado el número de congresos, conferencias y revistas, precisamente para dar cabida a todo lo que se escribe (y para ganar dinero o prestigio, no se olvide).

Como consecuencia de lo anterior, se aprecia una planificación del trabajo de investigación a corto plazo, regido por lo que la autora llama «deadline-driven approach to research». Las consecuencias son nefastas, y no puedo evitar reproducir una frase de Wing: «We are now in a state where the common thought-chunk of research is a 12-month effort that fits in 12 pages.» Demoledor. Y no me vale la argumentación de que es entorno estadounidense: los colegas de biomédicas o de informática españoles pueden dar fe de ello. Tampoco me vale la argumentación de que el peer-review asegura calidad bla, bla, bla… puedo contar casos nacionales e internacionales que pondrían los pelos de punta a muchos, y la cara roja de vergüenza a unos cuantos. La evaluación de la calidad de la investigación se deja en manos de comités científicos que pueden estar formados por amigos, conocidos o coincidentes. Entrar en la calidad de revistas y congresos de información y documentación en España no es necesario: ya lo han hecho con lucidez y datos en la mano los colegas de EC3 de la Universidad de Granada.

Sin ir más lejos, se podría revisar si los dos temas de más interés en la literatura española de información y documentación publicado en estos dos últimos años, biblioteca 2.0 y repositorios, aportan algo realmente nuevo al conocimiento sobre la cuestión. Me temo que encontraríamos mucho texto e ideas repetidas (incluyendo auto repetición y no cita de original). Quizá sea porque la comunidad usa los congresos como cursos baratos de formación, más que como verdaderos congresos, lo que desvirtúa su proceso de selección, evaluación y publicación de contenidos. De una forma similar, el deadline-driven approach también se practica aquí, afectado además por costumbres propias. Y sobre todo ello planea la amenaza de la agencia de evaluación correspondiente, que puede alargar los malos hábitos si no adopta criterios sensatos de valoración que mejoren el mero recurso al factor de impacto.

Termino con un párrafo de Wing, «We need to promote a culture that encourages faculty and student researchers to take the time needed to work out their ideas so that when they feel ready, they can submit based on the import of their contribution.»