Sobre la information overload

De un tiempo a esta parte es común oír hablar de las amenazas de Google, incluyendo su particular valoración y selección de los resultados de búsqueda, y del problema que ello puedo suponer para satisfacer adecuadamente las necesidades de información de los usuarios. Como es natural, la culpa se le echa a Google, en lugar de reflexionar sobre los problemas que los usuarios se encuentran cuando recuperan información, como si las interfaces de muchos productos fueran inmejorables, y la información que ofrecen la mejor, única y enriquecida. Y es que, por mucho que se empeñen algunos ilustrados, la recuperación de información nunca ha sido neutral.

El problema no es la herramienta de recuperación en sí: es la exploración, evaluación y selección de recursos por parte del usuario final. eso es lo complejo. Y eso es lo que en la mayor parte de las ocasiones se hace mal. Te puedes cansar de ver programas de alfabetización que se empeñan en enseñar a usar Google racionalmente, y abordan bien las cuestiones técnicas, pero fracasan estrepitosamente cuando abordan cuestiones de calidad de la información en internet. Y es que la calidad de la información no se puede medir por parámetros de forma de hace veinte años, y además pensados para documentos impresos. Además, se olvida otra cuestión clave: ante tanto recurso disponible que puede requerir la atención y ser interesante, se genera un problema de la sobrecarga de información que trae como respuesta inmediata del usuario la simplificación.

La simplificación no es buena ni mala, depende del usuario, el contexto y la resolución de la necesidad de información.Lo que no le puedes pedir a Google sin darle más parámetros de usuario final (al menos por el momento) es que te seleccione y recomiende lo que más se adecue a tu necesidad, de entre miles de respuestas. No es un problema de recuperación: se trata de un problema de filtrado de información. Y el filtrado viene después de la recuperación. Claro, este filtrado no aparece en los modelos teóricos clásicos de recuperación, porque la mayoría están formulados antes de la aparición de internet, y teóricamente ese filtrado era parte del propio algoritmo de recuperación. pero la proliferación exponencial de recursos ha venido a demostrar que no es suficiente, que hace falta un procesamiento posterior.

Esta técnica de mejorar el acceso y seleccionar mediante filtrado no es nueva. En realidad, ya se hizo en la Edad Media, y más desde la aparición de la imprenta en Europa. Las recopilaciones bibliográficas son una forma de filtrado y recomendación basados en la revisión y selección de contenidos según áreas temáticas. El etiquetado social actual es una forma de filtrado y recomendación fundamentada en la popularidad. Toda esta reflexión me ha venido a raíz de encontrar una breve entrada de Cory Doctorow sobre la information overload, que me ha llevado a su fuente original, un interesante resumen sobre los métodos de filtrado antes de la era industrial, publicado por Ann Blair en el Boston Goble. Y parte de los problemas vienen también de que se enseña a los usuarios a recuperar información, pero no se les enseña a gestionar lo recuperado ni la información personal: poco software para PIM (Personal Information Management) se encuentra en uso entre los usuarios comunes. Sobre la gestión de información personal puede servir como introducción Franganillo, J. «Gestión de información personal: elementos, actividades e integración«. El profesional de la información, 18, 4, 2009, 399-406.

Actualización (3/12/10): Blair republica lo mismo en el recomendable The Chronicle of Higher Education. ¿o ha sido al revés, o al mismo tiempo? 😉

Lo cierto es que toda esta cuestión la explica con más acierto en 20 minutos Clay Shirky en la Web 2.0 Expo N.Y. de 2008…

[bliptv gshVzq1XAg]