Pagar por las herramientas libres… no, por el valor añadido, sí

Esta semana me ha llegado el recordatorio de la Drupal Association para seguir abonando mi membresía o asociación a la misma. Y he pagado religiosamente mis 22 €. Y sin problemas, ni me he sentido frustrado, robado ni engañado. Siendo un decidido defensor del software libre, gratuito y democrático ¿cómo se te ocurre pagar por él? pueden preguntarse algunos. La respuesta es muy sencilla: por solidaridad y por interés.

Drupal es una herramienta impresionante, con la que se puede hacer casi de todo, incluso gestión documental. Y sigue avanzando y añadiendo funcionalidades. Y ya van bastantes años, ahora está en la recién aparecida versión 7, pero ya usé hace años las versiones 4. A pesar de todos los problemas que pueda haber, progresa en una dirección y con un enfoque deseables y satisfactorios. Pero, ¿pagar por software libre? Verás, yo no pago por el software libre: pago una cantidad mínima y asequible para ayudar a mantener la infraestructura y organización básica del proyecto. Y la pago de buen grado y con sumo gusto. Porque por esta pequeña ayuda anual, recibo una avanzadísima plataforma de gestión de contenidos, con sus actualizaciones, con miles de modulos complementarios que le añaden funcionalidades, y con una comunidad de usuarios muy abierta a ayudar y a resolver problemas. Y puedo crear e implementar productos de información digital de todo tipo.

drupal

El software libre es gratuito, cierto. pero no quiere decir que no haya costes detrás. Si se decide desarrollar un producto, se implican personas, horas y recursos. Y todo esto hay que pagarlo. Y alguien tiene que pagarlo. Tengo muy claro que si acudo a una empresa para un desarrollo a medida, esos profesionales deben ser remunerados satisfactoriamente (si lo hacen bien, claro está), igual que cualquier otro profesional. En la DrupalCamp Spain 2010 tuve una satisfactoria experiencia de la combinación de trabajo artístico y rentabilidad económica en este campo. La educación es gratuita nominalmente, pero en realidad el Estado gestiona económicamente la misma y paga las facturas, usando para ello las aportaciones de los ciudadanos. En el software libre, estoy dispuesto a pagar por el valor añadido. Sólo por ese valor. Ese el problema de los culturetas de la ley Sinde: no entienden que la gente está dispuesta a pagar por el valor añadido, pero no por la vagancia y la mediocridad obligatorias.

¿Cuál es el valor del software libre? El que le quieras dar. El buen software libre sobrevive y se desarrolla, porque hay gente detrás que es capaz de desarrollar un modelo de negocio rentable. Y lo basan en servicios de alto valor añadido. Véase, por ejemplo, el éxito de los amigos de Zentyal. ¿Que valor añadido da un M$ Office, por ejemplo? Ninguno. Cero. Esa es la realidad. Y lo que estoy dispuesto a pagar es lo que el fallecido Joaquín Prat llamaba «el precio justo»: un coste no abusivo y bien justificado. Y puede ser alto o bajo, dependiendo del desarrollo que haya encargado. Todos trabajamos por algo, y, una vez cubiertas nuestras necesidades básicas, las filosofías de vida difieren. Y mucha gente hace cosas por amor al arte, aunque parezca mentira, incluso en estos aciagos días de explotación bancaria descarnada y descarada que nos ha tocado vivir. En Drupal tengo gran cantidad de herramientas que me facilitan el trabajo, me interesa que siga, que continue, que se haga más fuerte. Pero, ¿pago por algo más? ¿por algún servicio del web 2.0, de esos premium? No, ni tengo intención. Bueno, no es cierto… si que he pagado 25$ por una cuenta de por vida sin límites en LibraryThing. Impresionante precio justo… En Drupal dispongo de OpenScholar, de OpenPublish, de Drupal Commons, de DrupalGardens… y de una amplia colección de manuales de referencia ¿hay quién dé más?