Me doy de baja de IWETEL

Pues sí, el titular lo dice claro y directo: ayer me dí de baja de la lista de correo IWETEL, Foro para profesionales de bibliotecas y documentación. Y, siendo de nuevo claro y directo, las razones son que ya no me interesan ni el contenido, ni el tono general, ni las discusiones. No responden ni a mis inquietudes ni a mis necesidades. Y ya estaba un poco harto de lo políticamente correcto.

La gota que ha colmado el vaso ha sido la reciente discusión sobre «que-mala-es-la-gente-que-me-insulta-porque-no-soy-2.0, con-lo-progre-que-yo-soy-y-vosotros-no-os-enteráis-porque-no-veis-las-bibliotecas-públicas-de-pueblo». Pero esta ha sido la última: en los últimos años he asistido incrédulo a verdaderas discusiones de difícil calificación, siendo caritativo. A su pesar me han sido útiles: me han descubierto que estas necedades no me interesan, y tampoco me aportan nuevo saber o puntos de vista enriquecedores. Con mis disculpas a los contertulios, el tono general de profundidad y de razonamiento ha caído en picado en los últimos años, probablemente como consecuencia del empobrecimiento que parece imponer en el sector la velocidad con la que hay que asumir los cambios, y que puede estar llevando forzosamente a una simplificación de contenido y razonamiento.

A ello cabe añadir el cada vez más creciente contenido basado en «yo-soy-megaguay-mira-lo-que-hago-y-el-resto-sois-tontos», «yo-doy-los-mejores-cursos-al-mejor-precio», «yo-publico-lo-mejor-del-mundo-mundial-sobre-cualquier-tema», «mi-biblioteca-es-la-más-alfabetizadora-del-universo», y lindezas similares. Los contenidos de autobombo han aumentado, sibilinamente, de manera notable en los últimos tiempos. Tampoco es algo que haya que achacar exclusivamente a la administración de la lista: tienen que trabajar con lo que reciben. Aunque no estaría de más que dejasen de lado el principio básico de «lo políticamente correcto» que aplican. La mala uva, con una capa de ironía y a lo somarda, podría dar mucho juego.

Evidentemente, iwetel tiene su público, para el cual es muy útil, y desarrolla una actividad meritoria. En realidad, no hay otro recurso equivalente en español (en inglés sí, más técnicos y especializados, pero los contextos profesionales y sociales son muy diferentes). También puede ser que yo me esté volviendo cada vez más «asocial», cansado del barullo, que no conversación, que se propaga en los canales 1.0 o 2.0 o lo que se tercie, de nuestro campo. Tampoco tengo una solución mágica, excepto cambiar de canal o apagar el aparato porque no me gusta el programa.

Addenda: la decisión definitiva fue tomada cuando, disgustado por la pesadez y la inquina de un reciente y ñoño intercambio de opiniones, remití un mensaje con un contenido tomado de la Primera Catilinaria de Cicerón, muy conocido: Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nostra? que, evidentemente, fue bloqueado por el administrador de turno.