En 2002 estaba muy de moda la gestión del conocimiento. En realidad, ya llevaba unos años castigando los oídos de los especialistas en información y documentación. La formación era algo que se demandaba bastante. En el campo se encontraban dos tendencias principales, y una secundaria. En el plano principal, la gente de empresas ponía el énfasis en la GC como gestión de recursos humanos, frente a la gente de tecnologías, que insistía en la GC como integración y aplicación de herramientas. Y en un segundo plano quedábamos los gestores de información, que veíamos cómo ambos se olvidaban de los fundamental: los recursos, flujos y usos de la información. Es lo que tiene ser un eterno segundón.
En este panorama, tuvimos la suerte de que el Instituto Aragonés de Fomento nos encargase a un apreciado compañero y a mí el desarrollo de un breve programa de seminarios sobre GC. Fueron muy bien, pero podríamos contar sabrosas anécdotas de cuando los participantes descubrían que no éramos ni de económicas ni de tecnologías, y es que las ideas preconcebidas ejercen un poder mayor del que nos podamos imaginar. Para los seminarios preparamos un material de referencia amplio, que cubría todos y cada uno de los aspectos de interés sobre el tema. Aunque es de 2002, lo he revisado este verano, y al verdad es que es muy aprovechable, a pesar del tiempo transcurrido. Lo podéis consultar a través de Issu.
En cualquier caso, siempre es recomendable la lectura de un paper de T. Wilson en Information Research, con el significativo título de The nonsense of ‘Knowledge management’.
