Cambios en el espacio interno de la biblioteca

Hay mucha literatura sobre los nuevos papeles de los servicios bibliotecarios en la universidad, su enfoque y planificación estratégica, la orientación a usuarios, la alfabetización informacional… todo muy bonito e interesante, hasta que paseas por las bibliotecas universitarias españolas, y puedes apreciar que suelen seguir haciendo lo mismo que antes, con los mismos productos, la misma filosofía y los mismos errores y aciertos. Más de lo mismo, en tono literario «vino nuevo en odres viejos». Y la arquitectura bibliotecaria, en cuanto reflejo de la sociedad que la diseña, construye y utiliza, sigue siendo reflejo, en la mayoría de las ocasiones, del caduco modelo bibliotecario del siglo XX.

Viene al caso el párrafo anterior a raíz de la lectura de la entrevista que le hacen a Gary E. Strong, bibliotecario de la Charles E. Young Research Library de la UCLA , sobre la reforma del espacio arquitectónico interno de la citada biblioteca. El resumen de la entrevista ha sido publicado por EDUCASE Review Magazine, 46, 4, July-August 2011, y también se encuentra disponible un podcast con el contenido completo de la misma. Lo más interesante de la entrevista es el cambio de mentalidad y de enfoque bibliotecario subyacente a toda ella. La biblioteca no es un punto de acceso a la información digital, donde se hace alfabetización: la biblioteca es un espacio para el trabajo en colaboración, mediado tecnológicamente. Del resumen me he permitido extraer varios párrafos que ilustran esta afirmación:

«We’ve moved eighty-five staff out of the building in order to make space for students and faculty.»

«An important concept here is that we are separating those things that belong to the librarians and are returning to the faculty and students what belongs to them. So half of the first floor will be a traditional reading room, but with a reduced print research collection and robust electronic reference tools. The other half will be collaborative spaces.»

«Many of the courses today, particularly the interdisciplinary courses, support student-faculty and student group interaction.»

«We also want to embed librarianship into those interactions, in a new way.»

«The first floor will comprise open pods with lots of technology, the Laboratory for Digital Cultural Heritage, group study spaces, instructional spaces, and a conference space.»

Ahí es nada: se «saca» a la plantilla bibliotecaria del edificio para dar ese espacio a las actividades formativas en colaboración de estudiantes y profesorado. Se elimina la mitad del espacio dedicado a lectura y estudio, para dotarlo de áreas de trabajo con recursos informáticos, y se modifica en profundidad el modelo de acceso libre a los fondos, dejando sólo recursos selectos de alto valor añadido (lo que supone una vuelta al modelo de depósito). Al fin y al cabo, los principales recursos de información son digitales en la actualidad, y se augura un uso decreciente del fondo en soporte papel. El objetivo es favorecer la interacción entre estudiantes y profesorado en el proceso de aprendizaje. Curioso, ni nombra la alfabetización informacional; será porque se trata de algo ya asimilado, integrado y superado.

«Finally, there will be a cafe. We’ll caffeinate up the users during the hours we’re open.»

Si, ya, ya, se me olvida que está prohibido hablar por el móvil, comer, beber y hacer cosas no bibliotecarias en la biblioteca, dónde vamos a ir a parar, no poder memorizar los apuntes en condiciones…

«Most important, how can we structure collaborations so that faculty bring graduate students to the table, resulting in low-cost talent being engaged in our digital projects but also getting something out of the collaboration in terms of credit or recognition or the potential to publish?»

«To me, use of the new spaces is not just about the process of discovery. How can these spaces also be used in the process of sharing scholarship? Our traditional way in libraries has been to buy the finished scholarship, put it on the shelf, and serve it up. I want libraries to be much more involved in the sharing, episodically or snapshot‑wise, of the scholarship that is being created as groups get together in these new library spaces.»

La biblioteca como facilitadora de actividades del profesorado, como participante en proyectos de alto rendimiento y bajo coste, sin problemas de celos profesionales, y con una visión de colaboración en diferentes proyectos que llevan a enriquecer el fondo digital propio. Esa si es una visión que me gusta, y que me sirve para justificar la existencia de una biblioteca universitaria. Seamos serios ¿de verdad se puede justificar una biblioteca universitaria como centro de alfabetización informacional?  Ya sé que está de moda, pues lo siento, pero no, excepto notables y escasas excepciones. Ni hay formación de formadores, ni hay unidades didácticas decentes, ni planes a medio y largo alcance, ni… Un plan estratégico es una formulación de intenciones y deseos, nada más. Para otro día queda mi comentario sobre un fantasma que recorre las bibliotecas, el fantasma informacional…