Diseñando productos de información digital

Para mí, un web, un wiki o un portal no son otra cosa que productos de información digital. Se hacen para resolver problemas de información de los usuarios. La metodología, con sus método, técnicas y herramientas, está bastante desarrollada, en parte gracias al auge de la arquitectura de la información desde mediados de la década de 1990.  Sin embargo, la realidad diverge notablemente de la teoría. Como punto de partida, este conocido video sobre cómo los deseos del que paga se imponen sobre decisiones inteligentes de diseño…

Este ejemplo ha sido ampliamente puesto como referencia de cómo los requerimientos, en especial estéticos, de un cliente pueden llegar a estropear un producto bien diseñado. Pero claro, el cliente no suele pensar en términos de productos de información para los usuarios; piensa en términos de lo que me gusta, lo que creo que va a gustar a mis clientes, y lo que he visto por ahí. Nos da igual que sea una inmobiliaria que una base de datos especializada, que una biblioteca: al final, será el usuario el que decida si algo le sirve o no… y no hay que hacerse ilusiones: si innovamos, tarde o temprano alguien lo hará igual, mejor o más barato. En los productos de información digital, la revisión y mejora es un proceso constante. Sobre muchas de estas cuestiones ha escrito cosas recomendables Torres Burriel.

Cuando nos enfrentamos a un producto de información digital, hay que tener claras  previamente unas cuentas cosas:

  1. Los objetivos del cliente, si es que los tiene, más allá de «estar» en el web.
  2. El servicio que quiere dar, si es que quiere dar alguno.
  3. El análisis de la capacidad de ejecución y mantenimiento, o sostenibilidad, del producto, porque es sencillo pedir la Luna, lo difícil es alcanzarla.
  4. Ell análisis coste/beneficio, porque alguien acaba pagando las facturas.
  5. Y si ya entramos en el estudio de contenidos, funcionalidades, etc, esta lista se alarga bastante, así que obviamos ahora los aspectos más técnicos…

Cualquiera puede hacer un web hoy en día. Lo difícil es hacerlo bien, y centrarse en combinar de forma inteligente los objetivos del cliente con los deseos de los usuarios. Unos usuarios, además, cada vez más acostumbrados a hacer cosas, y a que les dejen participar. Por desgracia, en España, a pesar de que se ha avanzado notablemente en los últimos años, se continúa practicando un diseño de productos de información digital bastante rudimentario, en numerosas ocasiones forzado por las modas, antes que por análisis serios. Ahora, todo el que se precie tiene que tener un blog de empresa, o un wiki… pero ¿es realmente necesario? ¿aporta algo a los usuarios? Más cerca, muchos hablan de biblioteca 2.0, pero ¿la practican? ¿tienen los usuarios esa cuota de descentralización que les confiere cierta influencia en las decisiones de las unidades de información? Usar herramientas 2.o directamente no puede sustituir al estudio previo de necesidades y requerimientos de usuarios. Poner una página en Netvibes no es hacer biblioteca 2.0, lo siento, pero así es la vida.