Internet está y existe para acceder a la información. Sobre este planteamiento, evidentemente, se puede hacer negocio de muchas formas, unas con éxito, y otras destinadas al fracaso. En cualquier caso, desde los inicios de internet la información más «pesada» siempre ha viajado embutida en documentos en formato ofimático, como pdf, o el casi desparecido ps (Postscript). Hoy en día, el número de adjuntos en estos formatos que acompañan a los mensajes de correo electrónico, o a los que se accede mediante un url específico, es muy elevado. Este enfoque exige que el usuario reciba el mensaje o url, descargue el documento, y lance en su máquina la aplicación correspondiente para acceder al contenido informativo del documento. Un proceso un poco «cansino». Con el 2.0 han llegado diferentes servicios que hacen posible disminuir o eliminar este proceso, y que son de interés para las unidades y servicios de información y documentación.
Al fin y al cabo, la difusión de información es el servicio que se da a los usuarios, y mediante estas herramientas se les permite acceder a información directamente. Los servicios de publicación de documentos siguen un esquema similar:
- Los usuarios abren una cuenta, de tipo gratuito o premiun, o similar.
- Mediante una interfaz web, pueden subir documentos en diferentes formatos, generalmente ofimáticos.
- Pueden asignar a los mismos descripciones, metadatos, etc, y establecer diferentes parámetros sobre el nivel de acceso de los usuarios al contenido.
- El servicio procesa el fichero recibido, y genera una presentación del mismo mediante un visor clásico de navegación del documento, incluyendo el código necesario para que el documento y su visor puedan incluirse en otros productos de información web.
- Además, puede ofrecer otras funcionalidades como comentarios de usuarios, popularidad, documentos relacionados, descarga de original, etc. En algunos pueden definirse grupos de usuarios con permisos para hacer anotaciones a los documentos.
Esto es lo mismo que hacen servicios como GoogleDocs o Zoho, puede argumentarse. Pues no exactamente, ya que estos servicios pretenden editar y colaborar en documentos a través de una interfaz web, pudiendo ser publicados o no, mientras que los servicios de publicación que nos interesen en este comentario sólo se encargan de publicar en el web. Evidentemente, el potencial que este tipo de servicios pueden ofrecer para publicar documentos extensos en el web, haciendo posible que el usuario acceda a ellos desde cualquier lugar equipado con un navegador, es enorme, máxime si pensamos en el creciente número de dispositivos móviles emergentes de pequeño tamaño.
Hay bastantes servicios que ofrecen la posibilidad de publicar gratuitamente. Eso sí, primero hay que leerse las condiciones de uso del servicio, y recordar que no deben usarse como depósito de documentos a medio o largo plazo, ya que, como he insistido, son lugares de publicacióny acceso, no más. Las opciones disponibles más interesantes se recogen en el siguiente listado:
- Scribd y DocStoc son los de mayor crecimiento, y publican todo tipo de temáticas. DocStoc tiene maś prestaciones sociales, mientras que Scribd está más orientado al usuario individual.
- Issuu, Calaméo, Yudu y edocr parecen más orientadas al mundo del usuario profesional de la edición, dado que gran parte de sus contenidos son revistas y publicaciones en las que se aprecia un alto nivel de edición y trabajo gráfico y visual.
- Docuter es el recién llegado, y parece el más sencillo y orientado al usuario individual de todos.
- Bookgoo está más orientada a la colaboración sobre los documentos.
- Divshare no se limita a documentos textuales: ser pueden incluir imágenes,video, sonido…
- Y hay que recordar Slideshare, dedicado en exclusiva a presentaciones. Yo tengo las mías allí…
Con todo esto al alcance, el que no publica y difunde información a sus usuarios es porque no quiere. Y para saber más, se pueden consultar las entradas Head to Head: Document Sharing Sites, y Top 5 Document Sharing Sites For Finding Reusable Documents.