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Concepto básico de Documentación Automática

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Estructura sección 2:
2.1. Las bases de datos
2.2.El modelo de arquitectura de bases de datos.
2.3. Los modelos de datos
2.4. Los sistemas de gestión de bases de datos
2.5. Los usuarios.
2.6. La creación de bases de datos.
2.7. Creación de una base de datos: enfoque E/R y transformación relacional.
2.8. Propuesta de un método estándar de diseño.


2.8. Propuesta de un método estándar de diseño.

Con los métodos que se han expuesto, el diseño de una base de datos relacional puede seguir dos caminos. Por una parte, puede crearse tomando como punto de partida la observación del universo en estudio, dando lugar a un conjunto de esquemas de relaciones, que contengan los atributos y sus restricciones. Por otra parte, puede dividirse el diseño en dos fases, la primera de las cuales sería definir el modelo conceptual y su esquema, y la segunda transformar el esquema conceptual en un esquema relacional mediante una transformación realizada de acuerdo a unas reglas dadas.

Sin perjuicio del rigor en el diseño relacional, el diseño de una base de datos no puede limitare a la aplicación exclusiva de la teoría de la normalización. Del mismo modo que se ha visto la existencia de variadas metodologías en el ámbito de los sistemas de información, se encuentra el mismo panorama en el diseño de bases de datos, aunque aquí tampoco aparece una metodología consagrada. De esta forma, Elmasri y Navathe comparan el ciclo de diseño de los sistemas de información y de las bases de datos, y definen el problema de diseñar una base de datos como:

"Desing the logical and physical structure of one or more databases to accommodate the information needs of the users in an organization for a defined set of applications"(ELMASRI y NAVATHE, 1989: 457)

y señalan la existencia de seis fases en el proceso de diseño de una base de datos:

Fase 1: Recopilación y análisis de requerimientos.
En esta fase se trata de conocer las expectativas del usuario sobre la base de datos. Para ello, se identifican los grupos de usuarios reales y posibles y las áreas de aplicación, se revisa la documentación existente, se analiza el entorno operativo y los requerimientos de procesado, y se realizan entrevistas y cuestionarios con los usuarios. Para todo ello existen técnicas formalizadas de especificación de requerimientos.
Fase 2: Diseño conceptual de la base de datos
Esta fase se subdivide en otras dos. La Fase 2a corresponde al Diseño del esquema conceptual, esquema de especificación del modelo de datos a alto nivel, independiente de cualquier SGBD, que no puede utilizarse para implementar directamente la estructura de la base de datos. Para obtenerlo puede adoptarse un enfoque de esquema centralizado (en el cual se unen previamente los diferentes requerimientos a la realización del esquema), o un enfoque de integración de vistas (en el cual se unen los esquemas de cada requerimiento en uno global realizado a posteriori). La Fase 2b corresponde al diseño de transacciones, es decir, a aquellas aplicaciones que van a manipular datos contenidos en la base de datos. Se suelen identificar mediante el estudio de las entradas y salidas de datos y su comportamiento funcional. De esta forma se identifican transacciones de recuperación, de actualización y mixtas.
Fase 3: Elección de un SGBD.
Se consideran diferentes factores técnicos, económicos y de beneficio, de servicio técnico y formación de usuarios, organizativos de rendimiento, etc. Sin embargo, resulta difícil la medida y cuantificación ponderada de los diferentes factores.
Fase 4: Transformación del modelo de datos (o fase de diseño lógico).
En esta fase se crea un esquema conceptual y los esquemas externos necesarios en el modelo de datos del SGBD seleccionado, mediante la transformación de los esquemas de modelo de datos a alto nivel obtenidos en la Fase 2a, al modelo de datos ofrecido por el SGBD.
Fase 5: Diseño de la base de datos física.

Consiste en definir las estructuras de almacenamiento y de acceso para alcanzar una rendimiento óptimo de las aplicaciones de la base de datos. Los criterios adoptados suelen ser el tiempo de respuesta, la utilización de espacio y el volumen de transacciones por minuto. Fase 6: Implementación del sistema de base de datos. En esta fase final se hace realidad la base de datos, mediante la creación y la compilación del esquema de bases de datos y de los ficheros de bases de datos, así como de las transacciones, a través de las aplicaciones.

La metodología expuesta, que puede servir como marco de referencia general, puede modificarse según las características del contexto en el que se diseña e implanta el sistema de bases de datos.

En el dinámico entorno de la información almacenada en las bases de datos, las recientes tendencias, derivadas en muchas ocasiones de las propias necesidades, han obligado a completar e incorporar nuevos conceptos y enfoques en el tratamiento de los datos. Por ejemplo, la existencia de relaciones complejas en el mundo real han obligado a la incorporación del modelado semántico, lo que ha dado como resultado la evolución del modelo entidad-relación extendido, con sus conceptos de superclases y subclases, y los procesos de generalización y especialización, así como la importante noción de herencia. También es necesaria la referencia ineludible al paradigma de la orientación a objetos (BERTINO y MARTINO, 1995), enfoque de tratamiento de la información que cobra cada vez mayor auge en aplicaciones comerciales, y que se configura como la opción de mayor futuro en el desarrollo de aplicaciones. La identificación de los datos y sus procesos como objetos individuales, el encapsulamiento y las propiedades de herencia son las características principales del enfoque a objetos. Por último, no puede olvidarse la creciente tendencia entre el enfoque relacional y el modelo de objetos, así como la integración de información referenciada espacialmente en modelos relacionales.

Es innegable que la gestión y la explotación subsiguiente de los registros que contienen datos, y, como consecuencia, información, depende de las herramientas existentes en el campo de la gestión de la información, por una parte, y del cuerpo teórico de la ciencia de la información, por otra. La explotación satisfactoria de esta información, de la misma forma, demanda experiencia en dos áreas de conocimiento: en las técnicas de recuperación de información y en el estudio de las necesidades de los usuarios.

 

 

Jesús Tramullas y Kronos © 1997, 2000.