Las bibliotecas no se enteran: The Right to E-Read

Realmente, a veces no sé en qué mundo viven las bibliotecas (generalizo, así que pido disculpas por anticipado). Realmente, me pregunto por qué no leen (o qué leen) las mentes rectoras del mundo bibliotecario. Porque llevan veinte años, ahí es nada, sin enterarse de qué va esto de la internet y el mundo digital.

Y es que ¡cuánto daño han hecho el espejismo tecnológico bibliotecario y el doscerismo! Deslumbrados por la novedad, parece que el estamento bibliotecario ha sido incapaz, hasta que casi es tarde, de prever y comprender los problemas que se cernían sobre el derecho de acceso a la información. La confianza ilimitada en un mundo digital roussoniano, solidario y cooperativo, ha enmascarado los movimientos de la realpolitik económica del mundo editorial. El error de partida ha sido considerar la lectura y el acceso a la información como un derecho, en lugar de como un negocio. Ya es hora de que la gente espabile y se dé cuenta de que las editoriales no son socias necesarias de las bibliotecas: son su enemigo. Y así nos va a ir.

Esta irritación viene a cuento al revisar las niñerías de la campaña de EBLIDA denominada The Right to E-Read. FESABID, muy voluntariosa ella, ha realizado una aportación de gran calado, traduciéndolo a las lenguas de las españas. Resumen infantil: que malas son las editoriales, que no nos venden ni nos dejan prestar libros electrónicos en las bibliotecas, pobres ciudadanos, jo… entérate, y a ver si los políticos hacen algo, jo… vamos a poner carteles y a hacer reuniones y seminarios, osea. Un típico agit-prop de hace veinte años, pero en plan minimalista, que es la moda actual. ¿De verdad no se pueda hacer nada mejor? ¿De verdad esto es todo lo que se les ocurre a las preclaras mentes de EBLIDA?

¿De verdad no se dan cuenta de que esto puede suponer, a medio plazo, el arrinconamiento de la biblioteca como espacio público y social? ¿De verdad no se dan cuenta de que su posición tibia y contemporizadora frente a las abusivas nuevas legislaciones sobre propiedad de las editoriales, digo… derechos de autor, es poner la alfombra roja a su enemigo natural?

Pero claro, si es que somos unos radicales; seguro que algún iluminado vendrá con el cansino rollito de que atacamos a las bibliotecas, y a los pobres y esforzados autores que deben ser renumerados por su trabajo, y a las pobres editoriales en pérdidas, que es necesario esto y aquello… .

Y siento ser recalcitrante con esto, pero es que Stallman ya lo escribió en 1997, en El derecho a leer:

«A Dan, como a todo el mundo, se le había enseñado desde la escuela primaria que compartir libros era algo malo y desagradable, cosa de piratas.»

«Más tarde Dan descubrió que había habido un tiempo en el que todo el mundo podía ir a una biblioteca y leer artículos, incluso libros, sin tener que pagar. Había investigadores que podían leer miles de páginas sin necesidad de becas de biblioteca. Pero desde los años noventa del siglo anterior, tanto las editoriales comerciales como las no comerciales habían empezado a cobrar por el acceso a los artículos. En el 2047, las bibliotecas que ofrecían acceso público y gratuito a los artículos académicos eran ya sólo un vago recuerdo.»

«Cuando empezó el Levantamiento de Tycho en 2062, el derecho universal a leer se convirtió en una de sus proclamas fundamentales.»