La gestión de archivos fotográficos no se limita a descargar las fotos al ordenador o subirlas a una red social. Al igual que buscar en Google no es lo mismo que saber gestionar información, organizar un proceso de gestión y tratamiento de fotografías digitales es más complejo. Una de las cuestiones clave es el procesamiento técnico de los negativos digitales. En realidad, para hablar de negativos digitales deberíamos hablar de imágenes en formato RAW. Y el software para gestionar y procesar imágenes RAW no es muy abundante…
Los aficionados avanzados y los profesionales suelen usar como herramienta de retoque Lightroom 3, un software altamente especializado de Adobe, o algún otro similar. Sin embargo, estamos hablando de unos 300 euros, gasto difícilmente justificable para un usuario medio. El mundo del software libre nos ofrece una par de opciones muy intersantes para trabajar con negativos digitales RAW. Sobre Raw Therapee ya hemos tratado en una entrada anterior. Desde hace unos meses los usuarios de GNU/Linux y de Mac OS X disponemos de Darktable, una verdadero estudio de edición y retoque, con una amplio abanico de prestaciones para el tratamiento y mejora de imágenes.
Darktable es capaz de importar imágenes en RAW de casi todas las réflex digitales, sin mayor complicación, leer la estructura de carpetas de imágenes de la máquina del usuario, y usar criterios de fecha, nombre, cámara, etc. para crear y ordenar colecciones. Lee y gestiona los metadatos EXIF de las fotografías, crea los contactos, y ofrece todas las funciones básicas de etiquetado, histórico… la interfaz en la que el usuario lleva a cabo esta gestión es la llamada Lighttable, que ofrece las funcionalidades de contactos (thumbnails), colecciones, metadatos,estilos, etiquetado y exportación.
El tratamiento de la imagen individual se lleva a cabo a través de la interfaz Darkroom (modo cuarto oscuro). Es aquí donde el usuario tiene a su alcance las herramientas que le permiten trabajar con valores de exposición y de enfoque, curvas de color, balance de blancos, perfiles de color, temperatura, mapas de tonos, zonas de color, grises, correción de lentes y filtros con los principales tipos de retoque. La unión de todo ello configura una potente herramienta que sirve con creces al usuario de tipo medio.
Si hay algo que criticarle a Darktable es la complejidad de la interfaz. El flujo de trabajo de la aplicación no queda claro hasta que no se ha usado varias veces, y en ocasiones la secuencia de modificaciones sobre la imagen es difícil de reconstruir. Sin embargo, estas limitaciones no deben ensombrecer su potencial. Además de la aplicación, se encuentra disponible un manual introductorio que cubre la mayoría de las posibilidades de la herramienta. Sin embargo, sí que se nota la ausencia de tutoriales específicos sobre técnicas de uso, lo que haría más sencillo el uso de Darktable. Para sacarle partido, es necesario conocer previamente los fundamentos del procesamiento de imágenes digitales. Y en estos tiempo de velocidad vertiginosa, dedicar tiempo a ello, si no se tiene un notable interés, es difícil.
